Lagunas Cejar y Piedra

Las Lagunas Cejar y Piedra se encuentran ubicadas a unos 20 kilómetros al sur del pueblo de San Pedro de Atacama

En la parte norte del Salar de Atacama, una cuenca sedimentaria de origen tectónico delimitada por la Cordillera de la Sal al poniente y la precordillera al oriente. Su depresión central está cubierta por una costra de Halita (NaCl) de unos 900 metros de espesor y 1.100 km2 de superficie, la que se encuentra rodeada por más de 2.000 km2 de limos salinos. Su alimentación hídrica, está compuesta por el aporte superficial de los ríos San Pedro y Vilama en el sector norte, y por importantes aportes hídricos subterráneos provenientes de la Cordillera de los Andes.

Estos cuerpos de agua corresponden a lagunas salinas con una profundidad media de unos 10 metros y abarcan un área de 115 hectáreas, cuyo sistema de vegas y acuíferos se encuentra protegido por la Dirección General de Aguas (DGA) y considerado como sitio prioritario para la conservación dentro del Sistema Salar de Atacama en el Diagnóstico y gestión ambiental integrada de humedales altoandinos”, (CEA 2015).

Estas lagunas, clasificadas como hipersalinas, poseen una de las concentraciones de sales más altas del mundo, presentando salinidades de unos 250 g/l, de las cuales un 90% corresponde a NaCl, además de litio, boro y arsénico. Se encuentran emplazadas en un suelo salino del tipo yeso limoso blando, cuya salinidad proviene de la precipitación de sales producto de la alta tasa de evaporación, la concentración de NaCl y a la fluctuación de los niveles de agua que afloran de forma estacional.

La temperatura promedio de sus aguas llega a unos 20 °C en la superficie, la cual aumenta rápidamente a mayor profundidad, pudiendo llegar a más de 40°C a los dos metros, evidencia de que el afloramiento subterráneo de aguas posee un origen termal, reafirmado además por las altas concentraciones de litio, boro y arsénico, minerales cuya presencia es característica de las aguas subterráneas.

Estas aguas presentan una alta cantidad de materia orgánica y, por ende, una importante disponibilidad de nutrientes para sustentar el desarrollo de comunidades biológicas. En la base de su cadena trófica, es posible encontrar una cantidad importante de bacterias, fitoplancton y zooplancton (principalmente microcrustáceos como Attheyela sp. y Artemia franciscana). Estos microorganismos se han adaptado y prosperado a pesar de las condiciones extremas de salinidad y radiación, recibiendo el nombre de extremófilos. Las particularidades de su evolución poseen un enorme potencial de estudio en temáticas relacionadas al origen de la vida, ecología microbiana, astrobiología, y biotecnología.

Integran también este ecosistema, una importante población de macroinvertebrados bentónicos (moscas, mosquitos y libélulas) y al menos 13 especies de vertebrados, principalmente aves, en donde destacan el flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), el Pato juarjal (Lophoneta specularioides), el Chorlo de la Puna (Charadrius alticola), el Playero de Baird (Calidris bairdii) y la Gaviota andina (Chroicocephalus serranus). También es posible encontrar algunas especies de lagartijas (Liolaemus fabiani y Liolaemus constanzae) y pequeños mamíferos roedores, como el ratoncito andino (Abrothrix andinus) y el Tuco Tuco de Atacama o Chululo (Ctenomys fulvus). A pesar de la condición de hipersalinidad de las lagunas, en sus orillas es posible apreciar el crecimiento de vegetación, integrado principalmente por Cachiyuyo y Brea (Atriplex atacamensis y Tessaria absinthioides).

Este ecosistema, de características únicas en el mundo, especialmente en lo que respecta a su régimen hídrico y al mantenimiento de la vegetación de borde, la cual sustenta el desarrollo de especies mayores. En relación a sus características es que se encuentra protegida por la Comunidad Indígena de Solor, por lo que les invitamos a conocerla respetando las normas del sitio de visitación, sus senderos y sectores habilitados, para de esta manera, permitir un turismo sustentable y respetuoso.